miércoles, 9 de julio de 2025

Conil 1984


CARTA A CONIL

Ilusión, escepticismo y realidad

                        En el declive de un monte
                        a la orilla del Atlántico
                        y entre cármenes floridos
                        Se halla la bella Mergablo.

    Cuando allá por el año 1870, el conileño José Velarde, poeta incomprendido compuso estos versos en un despacho del Ministerio de Fomento, en la Villa y Corte, tal vez evocando con nostalgia su Conil natal, no podía imaginar la influencia que podría producir en el alma.
    El impulso de un subconsciente noble y agradecido hace necesario esta realidad de contacto. Ortega y Gasset dijo: “Yo soy yo, y mis circunstancias”. A ti, puedo llamarte circunstancias. Y voy a darte el por qué.
    El desánimo no está nunca totalmente logrado. Brotan en determinados momentos, situaciones decisivas que tienden a cambiar bruscamente el rumbo de los acontecimientos.
    Soñar es una ilusión. Vivir, una consecuencia. Idealizar una necesidad del alma.
    Heme aquí que me hallaba sumido en un profundo pozo de pesimismo, y llegó hasta mis manos ese verso de tu vate incomprendido, amigo de Campoamor y protegido de Cánovas, y decidí desplazarme, acercarme hacia ti, para desterrar de mi ánimo, el sin sabor que me habían producido en mi ya largo peregrinar, otras playas sureñas.
    Y sin más bagaje que estas tres consignas filosóficas, puse rumbo hacia ti, trasponiendo la puerta de la villa, me constituí en veraneante.
    Esa agria sustancia que cada humano lleva consigo, cual ignorada hiel, y que se llama escepticismo, hizo suponer a mi razón, que estas bellas palabras que te dedicó tu hijo, fueran tan solo reflejo o espejismo.
    No obstante nada más llegar y adentrarme en la complicada topografía de tus calles te consideré y comparé,- valga la hiperbólica comparación -, como a un buen libro, pues cada vez me fuiste interesando más y más.
    Admiré la belleza de tu paisaje y la bondad de tu clima. Me sumergí en las fluctuantes olas del Gran Océano, desde los Bateles hasta Roche.
    Supe y comprobé de la hidalguía de sus y hospitalidad de sus habitantes. Año tras año continué mi éxodo estival hacia ti. Mis hijos aprendieron a conocerte, a tratarte, hasta llegar a quererte. Porque tú eres así. Como una buena madre. Te metes dentro del alma.
    Viví tus Fiestas Patronales. Me postré y oré infinidad de veces ante esa milagrosa virgencita de tez morena de la Virgen de las Virtudes.
    Mi identificación contigo fue tal que hasta me endosaste ese peculiar apelativo patronímico con que designas a cada familia. Y así a travez del contacto con tus gentes, mis hijos en perfecta simbiosis con los de los tuyos, fueron llamados “los tablillas” cariñoso apodo, tal vez debido a la cotidiana tarea que se auto impusieron gustosamente, de baldear la cubierta y cuadernas de las embarcaciones varadas sobre las doradas arenas una vez terminada la jornada de pesca.
    Y aquí estoy de nuevo y estaré hasta que tú, como poderoso alquimista, me sigas proporcionando, esa felicidad y sosiego, que casi en dos décadas me vienes produciendo.

Ricardo Mora

Conil, Septiembre 1984


Salutación

Es para mí motivo de gran satisfacción y alegría dirigirme a mi pueblo, cuando aún están en mis retinas los actos emocionantes que como consecuencia de las entregas de las 193 viviendas, viví al contemplar esos momentos dichosos  de los beneficiarios al recibir las llaves de las viviendas que se efectuó en la Casa de la Cultura el día 31 de agosto de 1984. Ha habido desesperanzas momentáneas ante la incomprensión o la impaciencia, no se puede negar, pero siempre presididas por la voluntad firme de trabajo, que ya vemos como dan fruto.

            Como colofón de este acto, llegan las Fiestas Patronales, en honor de nuestra querida Patrona, la Virgen de las Virtudes, vistiéndose Conil con sus mejores galas e irrumpiendo con sana alegría y entusiasmo para celebrar con el máximo esplendor la Velada y Fiestas que se organizan.

            Al enviaros hoy mi saludo con estas líneas, quisiera estar con ellas en cada casa de Conil, para alegrarme con vuestras alegrías, preocuparme con vuestras preocupaciones, trabajar en vuestras tareas y recibir vuestras palabras para poder entenderos y serviros mejor.

            Deseando de todo corazón que los conileños sepamos y podamos aprovechar este corto pero merecido paréntesis de felicidad, para poderla transmitir a la vez a los que nos visitan en estas Fiestas y puedan compartir nuestras alegrías gozando de la hospitalidad de nuestro entrañable Conil.

Os saluda cordial y efusivamente

Vuestro Alcalde Diego Leal Ramírez

Conil, septiembre, 1984

            

Las Playas de Conil

Me piden colaboración para el folleto anunciador de los festejos que tradicionalmente celebra el pueblo de Conil en honor de su Patrona la Virgen de las Virtudes.

            Son muchos los temas de que podemos hablar de este simpático y peculiar pueblo, per estimo que el principal motivo de atracción a sus miles de visitantes son sus incomparables playas. De ellas y en mi calidad de asiduo residente temporal, durante ya largos años, voy a procurar exponer mi impresión sobre las mismas, que en innumerables ocasiones he desfrutado en recorrer y observar.

 Tiene el litoral conileño, el mejor y más variado de la provincia una longitud de 12.280 metros, de los que 9.260 corresponden a playas. Todas ellas de arena fina dorada, estable y con sus pendientes medias del 6´5 por ciento, la hacen ideales para su uso en cualquier época.

            Son seis grandes playas y once calas menores, que voy a pretender descubrir, en orden a su grado de influencia o uso.

            PLAYA DE LOS BATELES. La comúnmente denominada Playa del pueblo, muy cerca a el. Tiene una longitud de 1.100 metros y está dotada de todos los servicios para el usuario. Es la de mayor afluencia por su proximidad a la parte más poblada del casco urbano. Limpia y cómoda con servicios de bares y una bien ordenada colocación de casetas particulares y la sugestiva visión de la blancura del pueblo al fondo, la convierte en la más concurrida de la zona.

            PLAYA DE LA FONTANILLA. Continuación de la anterior, de 550 metros de longitud, también registra una notable afluencia y cuenta con todos los servicios exigibles. Acreditados restaurantes y otra instalaciones de temporada, así como su proximidad a la zona residencial unida al casco urbano, hacen a este lugar muy atractivo pudiéndose  considerar como la más popular.

            PLAYA DE LA FUENTE DEL GALLO. De 800 metros de longitud, en torno a la urbanización del mismo nombre. Su afluencia es muy amplia. Los servicios públicos y sus accesos así como los comunes de la urbanización presentan un aspecto de poca atención en su conservación.

            Es uno de los parajes más bello de la zona. En él está hubicado el hotel Flamenco, importante establecimiento de tres estrellas. Cuenta con un buen y acreditado restaurante, pub y autoservicio de alimentación, y merece, o mejor dicho, es necesario que se obligue, por quién y a quién corresponda reparar, conservar y terminar esta importante y bonita zona de gran atracción para el turismo extranjero.

PLAYA DEL ROQUEO. Entre la Fontanilla y la Fuente del Gallo se encuentra la denominada Playa del Roqueo. Tiene 500 metros de longitud y su afluencia debido a la urbanización de “La Palmera” y unos excelentes y modernos restaurantes, es de cierta importancia. Toda esta zona es de gran belleza y tranquilidad.

PLAYA DE CASTILNOVO. A continuación de Los Bateles está la Playa de Castilnovo. Muy extensa de 1.850 metros. De iguales características que la anterior con la peculiaridad que en ella desemboca el Rio Salado y en su final el arroyo Conilete que la separa de la Playa de El Palmar, perteneciente al término de Vejer. Carece de acsesos rodados y peatonales adecuados, por lo que su afluencia de uso es escasa. No tiene servicios de ningún tipo.

CALA DE CAMACHO O DEL PUNTALEJO. A continuación de la Playa de la Fuente del Gallo esta pequeña cala de 200 metros de longitud, está siendo últimamente de una importante afluencia, debido a su tranquilidad y la belleza de su entorno de rocas salientes e impresionante acantilado. No tiene servicio, su acceso es difícil y solamente existe una modesta cantina que procura, por cierto muy amablemente, servir a los que concurren a ella.

Las restantes calas, denominadas del Sudario, de los Pitones, de Melchor, del Aceite, del Rio Roche, del tío Juan Medina, del Pato y del Frailecillo, todas de gran encanto por sus aguas tranquilas y transparentes son lugares ideales para la pesca con caña, y submarina. Sus accesos son difíciles y carece de toda clase de servicio, por lo que la concurrencia es escasa.

Por último, las calas del Áspero y la Encendida y parte de la Playa del Puerco, con un extenso fondo de pinares, es el lugar donde está ubicada la moderna urbanización de Roche que es hoy día la más importante zona residencial de Conil. Extenso y cuidado espacio dispone de todos los servicios y experimenta un creciente aumento de construcciones, dentro de una ordenación adecuada.

El resto de la extensa Playa del Puerco, colindante con la de la Barrosa, ya del término municipal de Chiclana, es de escasa afluencia, sin servicios ni accesos adecuados.

Es a grandes rasgos mi visión sobre las Playas de Conil. Todas ellas requieren una atención especial y estimo de gran necesidad que se haga una ordenación medida y calibrada en todos sus aspectos que no permita nunca su masificación, que le haría perder el encanto y la tranquilidad que hoy tienen.

Antonio Sánchez Rondán 

Fuentes: Archivo Municipal de Conil - Imprenta La Cañailla

No hay comentarios:

Publicar un comentario