
Saluda del Alcalde
Conileñas y conileños:
Como en años anteriores, llega Septiembre y con él nuestra Feria y Fiestas Patronales. Después de un intenso verano, donde miles de personas nos visitan, el lógico que el colofón sea la celebración de unos días de fiesta, que nos sirvan de paréntesis, de disfrute para posteriormente volver a nuestras tareas cotidianas. Os invito, a que en estos días disfrutemos con alegría en compañía de familiares y amigos, de todas las actividades programadas y de los agradables momentos que se suelen dar en las fietas.
Convirtamos, por tanto, el recinto ferial y nuestro casco urbano en espacio de paz y alegría, donde niños y mayores se diviertan y sean felices.
Un cordial saludo
Antonio J. Roldán Muñoz
Foto en la Torre de Guzmán
Estimados vecin@s y visitantes:
Tras el gran éxito de la pasada Feria de El Colorado donde pudimos disfrutar de una feria ejemplar por su entorno, participación y buen clima, nos encontramos de nuevo en la Feria y Fiesta en Honor a Ntra. Sra. de las Virtudes, donde este año tendrá un matiz especial ya que se ha declarado Fiesta de Interés Turístico, gracias al buen trabajo de recuperación histórica y de tradición que se ha llevado a cabo por el Patronato Municipal de Turismo, de D. Francisco González Ureba, Juez de Paz, etc…, entre otras personas y entidades.
En el programa de actividades que hemos preparado desde la Comisión de Fiestas para estos cinco días de Feria, queremos poner en valor una de las características más destacables del conileñ@ que es la participación, por eso, os invito a que disfrutéis y pongáis toda vuestra ilusión y ganas para que esta feria centenaria no decaiga y coja el impulso necesario para realzar y conseguir que nuestra feria sea el punto de encuentro y de intercambio entre todos los conileñ@s y las personas que fielmente nos visitan en estos días, sintiéndose cada año más conileñ@s.
Para terminar felicitar a todas las personas y empresas que hacen posible que todo esté a punto y preparado para que todo salga bien, así como a la Reina 2008 y a su Cortejo de Damas,
Que viva Conil y viva la Feria por muchos años.
Pedro Moreno Ruz
Concejal de fiestas

Datos de interés sobre la
imagen de Nuestra Señora de las Virtudes
Su origen puede ser aragonés y quizás traída de Italia, lo que evidencia una airosa lazada tallada sobre loa cabellos cuyos extremos caen hacia atrás.
Tradicionalmente se ha tenido en Conil como objeto de una donación de la casa de Medina Sidonia, Señores de la Villa, cuando ese lugar era frontera del Reino de Castilla.
Se quiere incluir esta imagen entre las denominadas de arzón o batalladora, todo ello dentro de lo legendario.
De todos modos hay testimonio de haber estado ubicada en el siglo XVI o XVII, en el convento de los Mínimos y ser objeto de donación de los Duques. Un testimonio devocional del Prelado gaditano de la segunda mitad del siglo XVIII, Fr. Tomás del Valle, nos refiere como celebró la festividad de la Virgen en una de sus estancias en la Villa, donando valiosas joyas a esa imagen.
Estructura de la imagen
Esta imagen enhiesta fue realizada para su contemplación frontal pues tiene mas pormenorizada su talla en el adverso que por detrás, sobre todo desde la zona escapular hasta los pies. Podemos asegurar que ha llegado hasta nuestros días gracias al recubrimiento integro de que constaba, un cono de plata en torno a su figura.
Siempre que me hallo en la tierra
LA
INMIGRACIÓN EN CONIL EN EL SIGLO XIX
Los orígenes de los habitantes de Conil se remontan al siglo XIV, época de la repoblación castellana de esta zona del sur peninsular. La procedencia de esos primeros vecinos fue del norte, de Galicia, de las dos Castillas, e incluso de zonas repobladas años antes como Baeza, o Jerez de la Frontera. Los apellidos de estos primeros conileños aún perduran, como Aparicio, García, Gil, Gutiérrez, Martin, Moreno, Fernández, Moya, Ramírez, Ramírez, etc...
Pasada esta primera fase repobladora de los siglos XIV y XV, se produce un verdadero aluvión histórico de inmigrantes atraídos por el auge que experimentan las almadrabas. Las personas que se avecinan a partir del primer tercio del siglo XVI procede, en su mayor parte, de las localidades vecinas inmediatas; Vejer, Chiclana, Medina, Puerto Real, y Jerez de la Frontera. Y también, aunque un número más reducido, vinieron familias del Condado de Niebla, en Huelva, por los vínculos familiares de la Casa Ducal de Medina Sidonia. Algunos almadraberos procedían de Tarifa, de Gibraltar, del Reino de Portugal y de lugares de la península italiana como Génova y Nápoles y también de la isla de Malta.
Los apellidos de esta nueva oleada de inmigrantes son fundamental mente: Hernández, Román, Brenes, Trujillo, Lobatón, Amar, Basallote, Ortiz, Cifuentes, Mures, Calderón, Ramírez, Alba, Bustos, Sánchez, Fuentes, Muñoz, Ureba, Almazo, Mendoza, Rodríguez, Camacho etc.…No menciono más que una breve muestra de los apellidos establecidos en Conil, los más comunes o usuales, ya que de lo contrario sería un cometido más extenso y proligo de lo que pretendo abarcar en el presente artículo.
Con posterioridad a los dos periodos históricos mencionados, quiero hacer mension a una inmigración muy particular que se dio en Conil y otras localidades de la Bahia gaditana durante el último tercio del siglo XVIII y primera mitad del siglo XIX, me estoy refiriendo a la de los llamados “montañeses” que, procedentes de la actual Cantabria, vinieron a ejercer el comercio de ultramarinos y de Cafés-Bares, así como otras actividades artesanales e industriales.
La inmigración cántabra a Cádiz y su provincia se realizó en circunstancias muy duras, con jornadas de trabajo sin fin, bajos salarios, y en muchos casos, sobreexplotación. La suerte no siempre acompañó a los llegados de los remotos valles de la cornisa cantábrica en sus nuevos destinos. Muchos regresaron fracasados a su tierra natal, no obstante, la mayoría de los llegados a Conil mejoraron su situación económica, e incluso algunos comerciantes se hicieron con grandes fortunas, infiltrándose en el tejido burgués de la población, llegando a ocupar las posiciones más altas en lo político, económico y social.
La actividad básica de estos montañeses era el ejercicio del comercio mediante un establecimiento de ultramarinos, que así se llamaban entonces a las tiendas de comestible, y el despacho de vinos y licores en un local anexo al propio establecimiento. De este modo mientras el montañés “despachaba” tocino salado y fideos, por ejemplo, en la dependencia anexa servían vinos a unos cuantos contertulios. El mostrador era corrido separado apenas por una estantería, uno cortina o puerta de cristales, de tal modo que permitía estar pendiente de ambas actividades simultáneamente . estos comercios se ubicaban en lugares estratégicos de la población, casi siempre ocupando lugares que hicieran esquina a dos calles, bien equipados de mobiliario que llamaban “armazón”, formado por el conjunto de estanterías, vitrinas, expositores, anaqueles y cajoneras, que formaban una unidad compacta a todo lo largo de la pared del local. En lugar destacado no podía faltar un clásico reloj de pared de forma hexagonal, de madera lacada en negro con incrustaciones de metal y nácar.
Los montañeses supieron aprovechar la coyuntura que ofrecía los numerosos repartos de tierras en suerte entre jornaleros desde 1770 y sobre todo, los llevados a cabo después de la invasión francesa hasta 1855, que dieron lugar a una nueva clase de pequeños agricultores y a un fomento de la agricultura, dando lugar a mayor capacidad de consumo y a mejores expectativas comerciales. Una tienda estratégicamente situada y llevada de forme eficiente, como solo los montañeses sabían hacerlo, se convertía en uno de los negocios más lucrativos de la población.
Los santanderinos llegados a Conil fueron, siguiendo el orden de llegada los siguientes:.-José del Castillo, natural de Corteguera, villa de Santillana del Mar y su socio Amador Sevillano, ambos se establecieron sobre 1780.
.-Bernabé Ruiz del Moral y su esposa Josefa Gallego llegados a Conil en 1880.
.-Francisco González del Tánago y su esposa Francisca Díaz Borrego, natural de Casar de Periedo, en el valle de Cabezón de la sal, llegados a Conil años antes de la invasión francesa.
.-José Ruiz del Moral y su esposa María Marcos, acompañados de su hijo Manuel, naturales del lugar de Bostronizos, en el valle de Iguña, llegados a Conil sobre 1800
.-Antonio de la Cuesta y su esposa M. Josefa Viaña e Hidalgo naturales de Tojo, en el valle de Cabuérniga, establecidos en Conil 1802.
.-José Balbás de la Cuesta y su esposa Ramona Viaña de Terán establecidos después de la invasión francesa.
.-Ramón Pérez Arce, natural de Reisedo, hijo de domingo y de María y su esposa María Ojeda, quien se encontraba establecido sobre 1819, fecha de una compra de enseres de la tienda situada en las “cuatro esquinas”.
.-Pablo Ramón Pérez García, hijo del anterior y de Isabel García, natural de Barcenaciones, que llega a Conil en 1844.
.-Antonio y Cándido González de Orellana y Fernández de Cires, natural de Serdio, en el valle de san Vicente, que llega a Conil en 1856, acompañado de su sobrino Saturnino González-Linares y González Orellana. Se dedicaron al comercio y fundaron las Bodegas San Antonio, que han dado recientemente nombre a una zona comercial de Conil.
.-Prudencia Gutiérrez Orbaneja, natural de Serdio, que llega a Conil en 1889 para contraer matrimonio con Saturnino González-Linares.
.-José Sánchez del Rubín y su hermano Juan, también naturales de Serdio y primos de Antonio González de Orellana, llegados sobre 1860.
.-Pedro Ceballos Gómez, natural de Soto, que llegó a Conil en 1859, industrial zapatero.
Coincidiendo con esta inmigración cántabra, es preciso mencionar a otros grupos procedentes de otras regiones y lugares de la Península:
.-José Lojo Taboada, hijo de Alejandro Lojo y de Manuela Taboada, naturales de Laro, provincia de Pontevedra, se casó en Conil con Francisca Calderón Alba en 1856, agricultor y comerciante.
. José Moreno Palacios, natural de Antequera, carpintero, que se estableció en Conil en 1848, casado con María Ureba Ramírez
.-Rafael Ramírez Arias, natural de Lebrija, boticario, establecido en Conil en 1848, que casó con una hermana del poeta conileño José Velarde.
Toribio Briceño Campos, natural de Teba, provincia de Málaga, oficial del ayuntamiento y padre de la saga de funcionarios municipales.
Ramón Almenara García, natural de Zuquera(Valencia), que se estableció en Conil en 1845 como industrial.
Hemos de tener en cuenta que este artículo no pretende ser exhaustivo, sólo ilustrativo de un apartado de la historia de nuestro pueblo, y podríamos concluir que casi todos los habitantes de Conil han sido inmigrantes en algún momente de nuestro pasado, y que siempre, el fenómeno de la inmigración ha tenido buena acogida por los vecinos en los distintos periodos históricos, siendo enriquecedor tanto en la vertiente cultural, como en la económica y la social. Así pues, los viejos linajes de la repoblación se fueron mezclando con la sangre de los nuevos inmigrantes imprimiendo a los conileños su idiosincrasia actual.
Francisco González Ureba (Investigador de Historia Local y juez de Paz de Conil)
Fuentes: Archivo Municipal de Conil - Isabel González, Imprenta La Cañailla
























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