
Salutación
El verano es una época de trabajo inmenso para los que vivimos en Conil. Los pescadores gracias a Dios, tienen faena y lo mismo les sucede a los agricultores, albañiles, comerciantes de todas las ramas, principalmente a la rama de hostelería y a toda la población activa de la localidad. No descansamos durante el verano ya que éste es una de nuestras fuentes de riqueza, pero cuando el verano se va terminando y como remate alegre a nuestros afanes, llegan las Fiestas Patronales, en honor de nuestra Señora la Virgen de las Virtudes y Conil irrumpe con sana alegría y entusiasmo para celebrar con máximo esplendor la Velada y Fiesta que se le organizan.
Estas fiestas son como un enlace bullanguero y risueño entre el esfuerzo precipitado y febril y el trabajo reposado, tranquilo y largo del resto del año. El punto y aparte necesario. El último cohete de los niños en sus vacaciones.
Deseo de todo corazón que los conileños sepamos y podamos aprovechar este corto pero merecido paréntesis de felicidad transmitiéndolo a su vez a los que nos visitan en estas Fiestas para que compartan nuestras alegrías y gocen de nuestra hospitalidad de este entrañable Conil.
Mi saludo ilusionado a todos los del pueblo y a quienes nos visiten va en estas páginas que os anuncian nuestras sencillas Fiestas. Que en el bar, la calle, el baile, atracciones, en fin, en todos sitios, se respire el aire de la amistad, alegría y solidaridad que os deseo.
CONIL MÁS DE 3.000 AÑOS DE TURISMO
Conil, desde que se tienen conocimientos, tuvo siempre bastante atractivo turístico. Con sus almadrabas y pesquerías abastecía a Cartago de atunes, llamándose, entonces, Cybis o Cybión. Podríamos decir, que con Fenicios, Griegos, Cartagineses… Conil fue descubierto comercial y turísticamente, teniendo residentes ilustres como por ejemplo Magón Hermano de Aníbal, pasando por el turismo de época romana, en que Conil pasó a llamarse Mergablum; más tarde los árabes y hasta nuestros días con visitas y estancias veraniegas de Reyes , Duques, Generales, Gente de Gobiernos, Artistas, poetas…
La historia de Conil, aunque los datos son intermitentes, si está claro, en toda época y momento, que, por sus atractivos naturales, como son sus extensas playas y sabrosas pesquerías y productos del campo, su extraordinaria climatología, además de la naturaleza afable de sus gentes, Conil ha sido lugar codiciado para muchas gentes del globo, de todas las escalas sociales, y sigue siéndolo.
Así describe a Conil nuestro poeta José Velarde en Teodomiro o la cueva de Cristo:
Cuando Velarde dice “sus frutos son de dulces y lozanos”, se entiende por los frutos de la pesca y del campo de Conil, y me recuerda a otro poema actual.
A TRAVÉS DE LOS AÑOS
Se nos pide que escribamos algo para el programa de las fiestas en honor de Nuestra Madre la Virgen de la Virtudes, que haga referencia al Beaterio de Jesús María y José institución tan querida en Conil, con motivo de haberse celebrado el II Centenario de su fundación.
El Beaterio de Jesús, María y José nace en un bonito pueblo de nuestra provincia que se llama Alcalá de los gazules, en el año 1788, de manos del sacerdote alcalaíno D. Ángel de Viera, a la vez beneficiado de la parroquia del mismo lugar.
La idea de este gran hombre fue llevar a cabo algo importante que el sentía en su alma de apóstol y es por lo que cobra pleno sentido la vocación única de las hermanas del Beaterio y el fin esencial del Instituto que el fundaba en su doble vertiente hospitalaria y educativa, esta finalidad se sigue cumpliendo en su vertiente hospitalaria en Alcalá donde desde su fundación existe un asilo de ancianas, y desde 1954 han trabajado y siguen haciéndolo de un modo ejemplar en la Residencia de la Seguridad de Cádiz.
En la otra vertiente, es decir, en la de la enseñanza, tienen con gran éxito colegios de E.G.B. en Conil y Alcalá y además en este último, escuela hogar.
La semilla por el sembrada ha ido dando frutos a través de dos siglos en una labor callada pero fructífera de unas hermanas que, sintiendo la llamada de Dios por ese camino, lo dejaron todo para seguir sus pasos. Tarea difícil, pero impregnada de amor de Dios, incomprendida a veces por las gentes, pero de una gran riqueza a los ojos de Dios.
A través del tiempo esta congragación no solo pone su labor al servicio de Alcalá sino que a la vez abre sus puertas a otros lugares de donde piden ayuda y les proponen fundar alguna casa.
Esto es lo que sucede en Conil. Por ello, pasemos brevemente a un poco de historia.
El año 1944, el Ayuntamiento de esta Villa acuerda fundar en Conil un Colegio Religioso que se hiciese cargo de la educación de niños no solo por falta de puestos escolares sino para que su formación influyera en el porvenir del pueblo.
Los pioneros de esta magnífica idea fueron D. Bernardo Periñán, alcalde, el Padre Andrés Vera, párroco, y el conileño D. Carlos Romero.
Después de muchas dificultades y trámites, el día 1 de Agosto de 1945 el Ayuntamiento firma un Contrato con la Hermana Mayor de Alcalá formalizando la petición y compromiso para el envío de las religiosas en Conil.
Hace falta un local y se habilita el ala izquierda del edificio de la Fundación “Sánchez Franco” de esta Villa, cedido para estos fines, previo oportuno expediente instruido por este Ayuntamiento y cuyas bases de convenio fueron aprobadas por el Ilmo. Director General de Beneficencia, en comunicado nº 879 de fecha 2 de Octubre de 1944.
Todo preparado, el 12 de Septiembre de 1949, llegan cuatro religiosas del Beaterio que se hacen cargo de esta nueva casa. Desde ese momento la continua colaboración de todo el pueblo a través de los años ayudando a esta comunidad, es algo patente y digna de todo elogio.
El Colegio de las Hermanas en Conil fue y sigue siendo un modelo acabado de confianza y abandono en las manos de la Providencia. Llegaron sin nada, solo con el gran ideal de la formación de los niños, como se lo pedía Dios por medio de sus buenas gentes.
Quiero que estas líneas, salidas del fondo del corazón y llevado por el cariño que profeso a esta Institución, sean un sentido y merecido homenaje en el segundo centenario de la fundación del Instituto, donde tanta juventud y padres de familia recibieron su educación y hoy guardan hacia estas religiosas un ferviente cariño y agradecimiento.
Un antiguo alumno
Durante mi permanencia en la Delegación de Urbanismo el fin primordial y básico ha sido impulsar el urbanismo desarrollando y mejorando el planeamiento previsto.
La labor no ha sido fácil, pues he tenido que vencer las dificultades y escollos propios de la gestión, pero curiosamente un elemento fundamental en el desarrollo y que la mayoría de las veces pugna con el urbanismo, como es el promotor siempre ha estado en la línea del buen hacer y colaborando con el desarrollo de Conil.
Por el contra, la mayoría de la Corporación, unas veces por falta de información, otras por temores infundados o sospechas sin fundamentos y la mayoría de veces por intereses políticos han paralizado y obstaculizado este desarrollo tan importante y básico para el futuro de Conil.
Desde estas líneas quiero invitar a todos a una reflexión y a la cordura para lograr acercarnos a la realidad: es necesario olvidar el protagonismo y el antagonismo cuando de urbanismo se trata, pues de el depende el desarrollo y el futuro de Conil.
JOSÉ TRUJILLO GÓMEZ
Concejal de Urbanismo
CANTO A CONIL
<<LOOR A LA PATRONA DE SUS FIESTAS>>
Hay varios días
que las campanadas de la Iglesia Parroquial, revoloteaban y lanzaban al aire
sonidos de gloria, llamando al pueblo de Conil, para acudir a los cultos que en
honor de su Patrona se han venido celebrando.
En este claro y fragante día de su festividad, y
cuando acaba de serle ofrecido el delicado presente de una Solemnísima Función
Principal como tradicionalmente, le dedican sus hijos, plena de un hondo fervor
mariano, el pueblo de Conil se apresta a sacar a su Virgen en Procesión por las
calles de la Villa.
Pocos cuadros de mayor fuerza expresiva. Pocas manifestaciones
de más encendido entusiasmo. Pocas devociones de más acendrado amor que ésta
que en breve vamos a presenciar.
Y permitidme, que llegado este momento, tenga que recurrir a la expresión poemática, para poder así reflejar más fiel y concretamente el múltiple colorido, la fuerza emotiva y el perfil religioso de esa tarde conileña, evocando así, como viejo devoto y hoy espectador privilegiado, la salida, procesión y entrada de tan celestial Señora.
RICARDO MORA
Conil, septiembre 1988
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