Los “Otros Conileños”
Ello no es fruto del azar, sino el reflejo del sentir y hacer de sus gentes.
Concretándonos en Conil y en el desarrollo alcanzado en los últimos años, es ésta una prueba latente de que el espíritu emprendedor y el trabajo tesonero de los conileños han hecho cambiar la faz de este conjunto urbano creando nuevas fuentes de riqueza, sobre todo en el sector de los servicios, con vistas a un turismo mejor aprovechado, ofreciéndoles mayor bienestar y comodidades.
Si bien digo que a Conil lo han hecho los conileños, no podemos olvidar a otras personas que denominaremos “los otros conileños”, que son los que años tras años viene a este pueblo a disfrutar de su mar, su sol, su belleza y su tranquilidad.
Son los que en cierto modo e indirectamente han influido en las mejoras logradas ya que con su fiel y continuada asistencia, no solo durante los veranos sino también en otras épocas vacacionales y fines de semana, han obligado a que estas se creen, conviviendo en el pueblo y disfrutando de la hospitalidad de los conileños.
Son los que, como cualquier vecino más de la Chanquilla, La Laguna o la calle Ancha, participan en sus alegres e incomparables verbenas, prestando con su presencia calor y color a estas fiestas populares.
Son los que cada 8 de Septiembre acompañan a la Patrona en su recorrido procesional, asisten a la función religiosa y algún que otro día a la Novena que se celebra en su honor.
Son los que acogieron con alegría el inicio de las obras del futuro muelle pesquero que haga de una vez para siempre, que los esforzados y valientes pescadores conileños dispongan de unos medios adecuados para su penoso trabajo, dejando el actual sistema de atraque de las barcas, que por muy típico que parezca es inhumano.
Son los que celebran y felicitan por los logros urbanos y se duelen y quejan por los desaciertos.
Son los que en cualquier zona de urbanizaciones playeras, desde Roche a la Fontanilla, están deseosos de colaborar a la mejora y mantenimiento de los servicios de sus respectivos lugares y se ofrecen a las autoridades para que esta los coordine.
Son los que no han votado y por lo tanto no han elegido a sus munícipes, pero que se preocupan y están atento a la marcha de los asuntos públicos, porque les va algo en ello.
Son los que, en suma, quieren a Conil como algo suyo. Se alegran de sus alegrías y se apenan de sus penas.
Estos “otros conileños” son muchos, quizás varios millares, que en su lugar de residencia habitual hacen “patria conileña” cantando las excelencias de este pueblo amable y de buen hacer.
Seguid dispensándole su hospitalidad y para todos con mi agradecimiento y afecto, un abrazo.
Antonio Sánchez Roldán
Salutación
La época estival es de un trabajo intenso para los conileños. Los pescadores tienen faena y lo mismo sucede a los agricultores, comerciantes, a los del ramo de la hostelería y a toda la población activa de la localidad. No descansamos durante el verano ya que éste es una de nuestras fuentes de riqueza, pero cuando el verano se va terminando y como un remate alegre a nuestros afanes, llegan las Fiestas Patronales.
Con la llegada del 8 de Septiembre, día de nuestra querida Patrona, la Virgen de las Virtudes, Conil se viste con sus mejores galas e irrumpe con sana alegría y entusiasmo para celebrar con el máximo esplendor la Velada y Fiesta que se organiza en su honor.
Las Fiestas Patronales son el punto y aparte necesario entre el esfuerzo precipitado del verano y el trabajo reposado y tranquilo del resto del año.
Este año, más que nunca, me consta el esfuerzo realizado por el grupo de colaboradores para que sus paisanos tengan unas fiestas verdaderamente populares, a todos ellos mi más sincero agradecimiento y reconocimiento.
Deseo de todo corazón que los conileños sepan y puedan aprovechar este corto pero merecido, paréntesis de felicidad trasmitiéndolo a su vez a los que nos visitan en estas Fiestas para que compartan nuestras alegrías y gocen de la hospitalidad de este nuestro entrañable Conil.
No puedo olvidarme de aquellos nuestros paisanos que por falta de trabajo han tenido que emigrar y en contra de sus deseos no pueden convivir con nosotros estos días de descanso y alegría, vaya para ellos nuestro más cordial y entrañable saludo.
Y para todos va este afectuoso, entrañable y sincero saludo con mis mejores deseos de amistad, alegría y paz.
Vuestro Alcalde