Conil 1978

Salutación

Con la llegada del 8 de Septiembre, día de Nuestra Excelsa Patrona, Conil se viste con sus mejores galas e irrumpe en gritos de alegría y entusiasmo para celebrar con el mayor esplendor la Velada y Fiestas en honor de nuestra bonita y querida *Virgen de las Virtudes*.

Como agradable obligación, es habitual que el saluda del Alcalde inicie el programa de Festejos y como conileño es mi deseo cumplir con la cita.

Mi saludo entrañable, en primer lugar, para todos aquellos paisanos nuestros que por falta de trabajo han tenido que emigrar para ganarse el sustento dignamente y en contra de sus deseos no pueden convivir como una sola gran familia estos días de alegría y descanso. Para ellos, mi saludo y el vivo deseo que vuelvan a su pueblo natal.

Saludo cordial y sean bienvenidos los que de otras poblaciones nos visiten en esta jornadas con la esperanza de encontrar amigos y conocidos compartiendo nuestra alegría y gozando de esa hospitalidad tan característica de los hijos de Conil.

Saludo afectuoso para todos los paisanos presentes, con el deseo de que estas Fiestas sean de máxima felicidad y como el merecido descanso del quehacer diario tan monótono y pesado. Días de descanso tan necesario en estos momentos acelerados e inciertos que estamos viviendo en nuestro País. Bueno sería que nuestra Patrona, derramara virtudes de sinceridad y de colaboración, para en lugar de que seamos tan anti-todo como principio, nos esforcemos en buena camaradería para encontrar soluciones.

Finalmente, expresar en nombre de mis compañeros de Corporación y mío propio el agradecimiento y nuestra gratitud a todas aquellas personas que con sana alegría y colaboración sincera han contribuido para que estas Fiestas sean del agrado de todos.

Manuel Calderón Ureba

Alcalde

Conil se viste de fiesta para, alrededor de su Virgen de las Virtudes, olvidarse por unos días de sus viejos problemas. Debajo de sus farolillos y de sus arcos de luz, pegados a su clima veraniego en declive y el arrumaco de sus playas girarán los caballitos de cartón, con su eterna sonrisa. El vértigo y la velocidad se harán fuertes en los Bateles, por el lento girar de las norias y por el anárquico tráfico de los coches de choques. Corretearán los niños con las caras llenas de churretes por el martillo de caramelo; pollearan las niñas con trenzas y vestido de rosa, a polo limpio; las mocitas en edad de merecer, seguirán las huellas del niño bonito que fuma winston, sin tragarse el humo; los novios pasearán con cara de aburridos, por el exceso de luz; alguna madre andará preocupada porque se le ha perdido su Manolito, y el padre que viene copeando desde el alba, con cara de patriarca le dirá a la parienta: “déjalo, mujé, si no se pierde”.

¿Quién se pierde en Conil? Si Conil es un pañuelo.

Un alemán, rubio, de los que no se pierden en verano, dijo en su lengua extraña: “Conij es la siudad de los encuentros”. Y como si hablara el profeta, sus huellas teutonas se fueron hundiendo, desde la Fontanilla a Fuente del Gallo, agarrado a ka cintura de la sueca de turno.

Conil se viste de fiesta. Y en honor a su Virgen de las Virtudes quiere, porque el conileño es generoso y abierto, que todos se encuentran a gusto. Es una invitación sincera porque, en los hijos de Conil, la sinceridad es una de sus grandes virtudes.

Julián Blasco Moyano

Fuentes: Archivo Municipal de Conil - Isabel González