Con pasos lentos pero seguros Conil va extendiendo su fama. Cada verano se multiplica el número de personas que vienen a disfrutar de su hermosa playa, de su mar limpio y azul, de su clima fresco y agradable. Sin la propaganda de bombo y platillo que ha encumbrado otras playas del sur, la realidad se va imponiendo con firme caminar y nuestro pueblo pasa a ocupar el puesto de primera fila que le corresponde, sin perder su fisonomía de playa tranquila, cómoda y familiar, en que radica precisamente su mejor encanto.
Hoy, al salir a la luz esta modesta revista, no pretendemos otra cosa que contribuir a ese auge con nuestro grano de arena, al mismo tiempo que exteriorizar el júbilo, el sentido grato y tradicional de las Fiestas de Nuestra Excelsa Patrona.
Conil de la Frontera, mes de Septiembre y año de 1953.
NUESTRA PATRONA y su TEMPLO
La comisión de festejos me pide como párroco unas cuartillas para el programa de este año.Muy gustoso accedo a ello, aprovechando la oportunidad para escribir unas líneas sobre nuestra Patrona, la Reina de las Virtudes, a quien se dirigen las brillantes fiestas preparadas para estos días, y la restauración de su Templo, que se está llevando actualmente a cabo.
Conil, amante de la Virgen, como todos los pueblos de esta bendita tierra de Andalucía, llamada con razón la tierra de María Santísima, ha tenido sin embargo, hasta ahora, una deuda con su Patrona: su Templo.
Hermoso, amplio, macizo y firme, como la fé roqueña de los que un día lo construyeron, no era, con todo, el Templo de nuestra amada Patrona –confesémoslo francamente- el Santuario que pudiera compararse con los mejores de los pueblos vecinos.
Pero la Divina Providencia permitió estas circunstancias para que resplandeciera el amor latente en el corazón de todos los hijos de Conil a su excelsa Patrona.
Hace solo dos años … Precisamente con motivo de las fiestas de la Virgen, surgió la idea: renovar su Templo, que es, por otra parte, el único Templo, capaz con que cuenta este pueblo, después de haberse cerrado definitivamente al Culto la hermosa y amplia Iglesia Parroquial de Santa Catalina.
Primero se pensó tan solo en lo más urgente: en la solería y los bancos. Se organizó una Junta y se solicitó la ayuda de los fieles. Y, gracias a Dios, esta ayuda fue tan generosa, que hemos tenido la gran satisfacción de haber podido realizar, lo que, en un principio, no se había ni soñado.
No parece sino que el pueblo todo estaba esperando la llamada para despertar al punto y poner mano a la obra tan necesaria de la restauración del Santuario de la Patrona.
¡Cuántos rasgos, verdaderamente admirables, de generosidad para con la Santísima Virgen, hemos tenido el consuelo de presenciar!
Quizás no haya quedado ni un feligrés siquiera, sin contribuir de algún modo, cada uno en la medida de sus posibilidades, a las obras realizadas.
Y, gracias a este unánime esfuerzo, además de la solería de mármol y los cuarenta bancos que llenan ahora la espaciosa nave de la Iglesia, se ha reformado totalmente el claustro antiguo, la Sacristía y las dos entradas al templo; también hemos podido hacer un amplio presbiterio, todo de mármol, como igualmente su magnífica escalera y barandal; se han renovado por completo las habitaciones del camarín de la Virgen, y se ha colocado, finalmente, un hermoso y artístico Altar y Sagrario de mármol, cuya riqueza y sobriedad han cambiado notablemente el aspecto del Templo.Todo esto, sin contar otros muchos detalles, costosos también, como el arreglo de la instalación eléctrica, compostura de ventanales, blanqueo etc.etc… son un magnífico exponente del amor, entusiasmo y constancia con que los hijos de Conil han tomado la restauración del Santuario de la bendita Madre y Reina, la Virgen de las Virtudes.
Más, aún no está todo, ni mucho menos, realizado. Basta entrar en la Iglesia para notar la falta de un Retablo, y si miramos al coro, observamos en él notables desperfectos.
Queda, pues, mucho, muchísimo por hacer, es cierto. Pero confiamos ciegamente en que muy pronto el Convento llegará a ser el Templo que Nuestra Señora merece, y el que nosotros, sus hijos, para Ella, soñamos.
Contamos con la ayuda de Dios, que no ha de faltar para una obra que tanto redunda en gloria de su Santísima Madre, y en la colaboración de todos los hijos de Conil, que ha de continuar prestándola como hasta ahora, ya que se trata de honrar a la que todos llaman también con el dulcísimo nombre de Madre.
Sebastián González Araujo
Perfiles de Conil
(Impresiones de un
veraneante)
Tiene Conil una antesala de paisajes diversos que jalonan el camino que conduce hasta la espuma de sus rompientes. Primero en San Fernando con su pequeño mar encerrado en el cuadro blanco de sal y verde de marismas, esteros de las salinas donde se peinan los pinos cuando los despeina el aire, con palabras de Fernando Villalón. Más tarde el paisaje se hace campiña y Chiclana nos muestra la fértil y rica sinfonía de sus huertas y viñedos. Luego mar y campo vuelven a encontrarse, y de su abrazo, azul y verde, nace Conil.
Se alza la población al abrigo de sus viejas murallas. Las plantas de los navegantes fenicios hollaron sus arenas antes de fundar la antigua Gades y el hálito heroico de Hercules animó con su mito legendario la brisa de sus costas. También los romanos y sobre todo los árabes detuvieron su paso a la fresca sombra de los frutales y como memoria de su civilización dejaron el legado de algunas vetustas piedras, varias costumbres y artes de pesca, y una gota de sangre que en muchos casos se torna caudalosa denunciando en un perfil o en lo atezado de un rostro la huella de estos antepasados.
Es Conil un pueblo esencialmente pescador. El espumoso ruido de sus olas no interrumpe por el runruneo de embarcaciones movidas a motor, y solo las quillas de los veleros hienden audaces las hondas enfrentándose al Océano con la única fuerza de la vela y los remos. Las pequeñas embarcaciones cuyas siluetas se recorta al atardecer contra el horizonte, constituyen un silencioso poema de siglos llenos de siglos llenos de ignoradas páginas de callado valor, escritas por los pescadores con el solo impulso de su brazo y su corazón. El sabor de la tradición se conserva así al calor de esta vieja usanza logrando una mayor unión de todos los que participan de los mismos anhelos y temores. Sobre los murallones en que se asienta la calle Cádiz es mirador y otero abierto frenta al mar, que simboliza la eterna esperanza, siempre viva, de estas vidas de continuo batallar.Este perfil tradicional influye en el ambiente comunicándole su serenidad y tranquilo ritmo. A diferencia de otros lugares cuyo perfil a sido quebrado y descompuesto, diluyéndose su fuerza interior y su sentido propio, ante el
arrollador empuje de los modos e influencias venidas de otras ciudades, con lo que si bien ganas en vistosidad y movimiento pierden en sabor y encanto íntimo, Conil se conserva intacto como rincón propicio que nos brinda lo que ya no pueden brindar aquellos otros lugares: paz, reposo al espíritu, ambiente grato y acogedor, todo ello en un hermoso escenario, porque la “salada claridad” que un poeta sevillano dijo en Cádiz, se convierte aquí en la claridad más limpia y amplia, del Océano abierto y flanqueado por los cabos de “Roche” y “Trafalgar” vienen a morir mansamente en las finas arenas de la playa de aguas transparentes y libres de las más ligeras impurezas. La naturaleza se ha mostrado además pródiga en dones y cuando huyendo del mar se interna en el campo es para rodearse de la seriedad aromática de los pinos y por caminos y veredas entre tomillo y romero ir a buscar melancólico reposo en las sombreadas frescuras de las huertas.Otros muchos perfiles tiene Conil, pero son perfiles inmanentes, que nos penetran cuando al atardecer el sol se hunde en el horizonte aprisionado entre la franja azul del mar y la roja del infinito que recortan en la lejanía las piedras de la “Torre de Roche” que, como la de “Guzmán el Bueno” mantiene todavía enhiesto su prestigio de otros tiempos. Estas impresiones que acarician el espíritu como un sedante, dormirán en nosotros mucho tiempo y serán siempre la llamada que nos seguirá el día de nuestra partida: el eterno mensaje de Conil.
Alejandro Fernández Cotta
A Conil
No hay azahares blancos, ni perfume de rosas,
Conil, en el latido de sus vientos salinos;
ni aroma de jazmines, ni acacias ni mimosas
endulzan la caricia de tus aires marinos;
Ni tiene al ocaso, cuando la tarde muere,
ese blanco reposo, como de terciopelo,
que hace pensar en alas transidas; ni en su cielo
cuando se abre al poniente y el rojo sol lo hiere
con su ardiente pupila, sobre la eternidad
del océano, siempre devorando miradas,
ni en ti hay nada dulce, nada suave-bandadas
de gaviotas lentas muestran la majestad
de un sereno vuelo-. Y es que tu fuerte mano
de pescador, morena, y tu boca que reza
sin saberlo, son símbolos que en el azul lejano
todo lo llenan de audacia y de grandeza.
Por eso al ver tus casitas blancas de sal
y humildes, frente al ritmo poderoso del mar,
pido a Dios que te dé, en premio a tu humildad
la bendición constante de su serena paz.
Alejandro Fernández Cotta
A Conil
de sensaciones dulces, de bienhechora paz,
ninguno es comparable al que conservo siempre
de tus risueñas casas vecinas de la mar.
Cuando las olas hierven y tu rivera azota
y silba y brama y ruge furioso el vendaval,
parece que tus casas a la montaña trepan
huyendo de los golpes del encrespado mar.
Mas cuando suaves hondas, arrulladas llegan
cual espumoso encaje sobre el azul cristal,
parece el caserío que baja por el monte
a verse en el espejo del transparente mar.
Pueblo humilde y osado, ferviente pido al cielo
aleje de tu costa la horrenda tempestad,
y que a tus pescadores intrépidos y audaces
ofrezca sus tesoros tranquilo siempre el Mar.
M.
Labor desarrollada por el Iltre. Ayuntamiento en los últimos 5 años
La labor realizada por este ayuntamiento ha sido la pavimentación a base de riego asfaltico estando perfectamente urbanizadas las calles de S. Sebastián, G. Aranda,
J. Velarde, Cádiz, Palma, Virgen, Plaza G. Franco, y Sta. Catalina. Ha construido su Mercado de Abastos, un Grupo Escolar en el casco de la población y otro en El Colorado con viviendas para Maestros este último, la Cruz de los Caídos, dos Escuelas en la Casa de Postas y la colonización de 300 Hectáreas en la Dehesa Roche en beneficio de 150 familias pobres, que ha sido la mayor obra social que en todos los tiempos se ha realizado en Conil.
Conil, Septiembre 1953
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