LA VIDA EN EL CAMPO
Es indiscutible que la vida en el Campo es dura, y por consiguiente, las zonas rurales en su mayoría se están despoblando. El agricultor trabaja de sol a sol en la monotonía de su quehacer diario y después ¿para qué? Se preguntan algunas personas. Unas veces, su gran labor se ve compensada si trae una buena cosecha, pero ¿y si al contrario, la cosecha viene tardía y los factores atmosféricos no le han venido a conveniencia?
Aquí el agricultor corre un riesgo imprevisto y su gran labor se ve empañada y malograda por el mal fruto de la planta.
Es sabido que el campo se está mecanizando y que las maquinarias hacen más confortable y menos dura su penosa labor.
La vida del agricultor es dura, pero es considerablemente menor que antes, por varios factores. Muchas veces, en sus intentos de mejorar la plantación y al esperar de ella un fruto más elevado que otras veces, desfallece al ver que, plagas, mal tiempo y otras causas están haciendo mella en su trabajo. Pero para eso están los hombres y mujeres de Extensión Agraria.
Estas personas ayudan considerablemente con sus cursillos a los hijos de los agricultores, dan esperanza, consejos y aliento a los trabajadores, y van enseñando y mentalizando a la nueva generación en las diversas técnicas para sacar el mayor provecho del cultivo y de toda la explotación.
El agricultor estaba anteriormente en el sociedad como un ser analfabeto, inferior, pero, con el paso del tiempo ha ido adquiriendo cultura y se ha puesto al mismo nivel que cualquier otra persona.
Asi que, la labor, tan justa y honrada que llevan todos los hombres y mujeres que trabajan en el campo, a beneficio de éste y de sus propios intereses y respaldada por el Gobierno por medio del Ministerio de Agricultura, camina ya a un futuro próximo en el cual, el agricultor, contemplará satisfecho un nuevo amanecer de la obra, tan honrada, y que con tantos méritos y esfuerzo todos juntos hemos conseguido.
José Mª Ramírez Rubio
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